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De testigo a investigado: ¡sálvese quién pueda!

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De testigo a investigado: ¡sálvese quién pueda!

Una de las situaciones más complicadas que se presenta en nuestra sociedad, sobre todo en estos tiempos de inseguridad ciudadana, es que cuando sucede un hecho delictivo, y las personas que presenciaron el mismo no desean rendir su declaración, ya sea porque piensan que se van a meter en problemas, porque tienen miedo o porque sencillamente no conocen sus derechos.

El otro extremo de la historia es también de aquellos que denunciaron la comisión de un hecho delictivo y por falta de asesoría, pensando que estaban haciendo lo correcto terminaron convirtiéndose en investigados.

En IuraLex te contamos algunos casos, para que tengas mucho cuidado antes de rendir tu declaración ya sea ante el/la fiscal o en sede policial.

  1. Un ciudadano que vive en provincia alquiló –de palabra- a una amistad su camioneta. La amistad lo llamó indicándole que lo asaltaron en la carretera y que se llevaron la camioneta. Rápidamente fue a la comisaría más cercana del sector y denunció los hechos que habían sucedido. Días más tarde, cuando lo llamaron a declarar, en sede policial, y el ciudadano pensando que no necesitaba de asesoría legal y que él no había hecho nada malo y que todo estaba en regla, le indicaron que su condición había cambiado, puesto que habían encontrado el vehículo y que este había sido usado para cometer un secuestro al paso, es decir, su condición jurídica de agraviado había cambiado a investigado, grande fue su sorpresa, máxime porque no tenía un documento cierto que acreditara el alquiler de la camioneta a su amistad, y, segundo, la amistad no quería declarar porque no quería tener problemas.
  2. Una joven (A)  que se dedica al oficio más antiguo con una colega (B) captan a un cliente en Miraflores, que estaba pasado de copas, y este decide tomar los servicios de las dos féminas. La ciudadana le indica al cliente que para iniciar el servicio debe hacer el pago, el mismo que puede hacerlo en efectivo o, a través de YAPE, PLIN; sin embargo el cliente le indica que hará transferencia bancaria. La colega indica que puede aceptar la transferencia y que en todo caso ella le PLINEA a la joven. En el momento de los actos, solo la joven está en la habitación mientras que la colega entra y sale de la habitación. Se concluye el tiempo, el cliente las despide y cuando pasan las horas, al despertar, revisa su celular y se da con la ingrata sorpresa que tenía mensajes de consumo de sus tres tarjetas de crédito, que ascendían a 25 mil soles. El cliente trata de ubicar a las féminas y logra contactar a la joven solicitando que le devuelva el dinero, sino la denunciaría, ella le indicó en todo momento que en ningún momento había sustraído el dinero, y que no tenía nada que temer. Es así que el cliente sienta la denuncia en la comisaría más cercana a su domicilio, y después de realizar una serie de investigaciones logran ubicar a la joven para que rinda su declaración de los hechos. Pequeño detalle, al momento que envían la notificación a la joven le adjuntan la Disposición de Inicio de Diligencias Preliminares, sin especificar en qué condición jurídica deseaba que se declare. Ella, indicando en todo momento, que no tenía nada que ver y que como se consideraba inocente de los hechos se fue sin consultar con un abogado/a, grande fue su sorpresa cuando después de rendir su declaración le indicaron que su condición jurídica habían cambiado a Investigada.

Estos casos que pueden parecer surreales, son algunos que han llegado a IuraLex, y te compartimos para que sepas que antes de acudir a rendir a una declaración a  una autoridad –policial o fiscal-, mínimamente debes asesorarte legalmente, para que no termines autoincrimándote y pases un mal momento que, muy bien se puede evitar.

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